Reciba nuestro boletín gratis

¿Agotado? He aquí dónde encontrar fuerzas

Getty images

¿Agotado? He aquí dónde encontrar fuerzas

La forma de superar el cansancio

¿Se siente cansado, estresado, preocupado, agotado? Entonces ésta es una oportunidad para aprender una valiosa lección y aplicar un principio espiritual que le cambiará la vida. Cuando esté cansado, debe acudir a DIOS en busca de fortaleza.

“No nos cansemos, pues, de hacer bien”, escribió el apóstol Pablo en Gálatas 6:9. Pablo conocía nuestra tendencia natural a empezar con fuerza, luego relajarnos y después cansarnos, agotarnos y perder el ánimo. Incluso los verdaderos cristianos experimentan esto. Pero Dios quiere que tengamos éxito, que “hagamos bien a todos” (versículo 10), no temporalmente o en explosiones cortas, sino de forma constante y consistente. La vida cristiana no consiste en relajarse y holgazanear, sino en un esfuerzo sostenido y un crecimiento constante.

“Porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”, continúa el apóstol Pablo en el versículo 9. La palabra desmayar está relacionada con soltar o abandonar; como si se aflojara una cuerda tensa. Dios quiere que nos comprometamos con todo el corazón, que continuemos trabajando, no desmayemos y, en última instancia, recolectemos una cosecha maravillosa y eterna.

¿Por qué nos cansamos de hacer el bien? Si usted está “haciendo bien” en lugar de flotar por el camino de menor resistencia, habrá momentos en los que empiece a sentir los límites de sus energías físicas y mentales. Si está luchando contra su naturaleza humana, contra su mundanalidad, los impulsos de una sociedad impía y las tentaciones del diablo; entonces la batalla en su mente es crucial. A menudo, la debilidad entra cuando permitimos que nuestra mente se centre en nosotros mismos, poniendo nuestras energías en la “carne” (versículo 8). Nos cansamos cuando nuestras prioridades están equivocadas.

Pero existen leyes del éxito físicas, mentales y espirituales que se pueden aplicar.

Herbert W. Armstrong, que vivió una larga y exigente vida esforzándose por “hacer bien a todos”, sabía por experiencia que estas leyes de causa y efecto están reveladas en la Biblia. En su folleto titulado Las siete leyes del éxito, él escribió que la primera de esas leyes es tener la meta correcta, y la meta correcta no es hacer que la carne se sienta cómoda, sino hacer la voluntad de su Creador. ¡El mantener la vista en esa meta puede ayudarle a superar tremendos desafíos! La segunda ley, escribió él, es la educación adecuada, y la tercera es la buena salud física, necesaria para la claridad y la energía del pensamiento. La cuarta ley es acción. La idea de que empujarse mentalmente e impulsarse con fuerte determinación lo desgastará es falsa; como escribió el Sr. Armstrong, usted se oxidará mucho antes de desgastarse, si guarda la tercera ley. La quinta ley es ingenio: encontrar la forma de sortear los obstáculos. La sexta es perseverancia: aguantar hasta el final.

“Luego viene la más importante de todas, la séptima ley, que es la guía, la fe y la confianza en Dios el Creador”, escribió el Sr. Armstrong (Worldwide News, 15 de noviembre de 1982). Esta es la ley que la mayoría de las personas, incluso los más “exitosos” según los estándares mundiales, ignoran. Pero la realidad es que la fuerza que usted necesita para el verdadero éxito ¡sólo puede provenir de Dios!

Usted nació para desarrollar la mente de su Creador. Y ésta es una notable cualidad de Él: “¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es [el Eterno], el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio” (Isaías 40:28). Sí, Dios es eterno e inmortal; sin embargo, piense en todas las decepciones que ha experimentado a lo largo de la historia. Piense en la ingratitud, la injusticia, la maldad y los horrores que ha presenciado y de los que ha sido objeto. Piense en las muchas veces que ha visto a alguien empezar con fuerza, para luego debilitarse y proceder a ignorar, descuidar y traicionarlo a Él y a los demás. Tales experiencias son desgastantes, desalentadoras, extenuantes. Sin embargo, Dios nunca se agobia, nunca se vuelve insensible o escéptico y nunca se retira. Siempre está listo para una nueva batalla, siempre dispuesto a salir y arriesgarse a tener una nueva relación de amor con otro hijo potencial.

Usted necesita ese mismo espíritu inquebrantable, que sólo tiene su Padre y Creador y que sólo Él le puede dar. Una vez que crea en Él y Le obedezca, encontrará un suministro ilimitado de ese poder. ¡Estará conectado con el Ser que alimenta miles de millones de estrellas, el Ser que sustenta el universo entero!

Lea Su maravillosa promesa: “Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan en [el Eterno] tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán” (versículos 29-31). “Estos versículos constituyen una promesa de Dios, yo los aplico y ¡confío en que Dios cumplirá Su promesa!”, escribió el Sr. Armstrong. “Muchas veces, cuando las personas me preguntan: ‘¿Cómo lo hace?’ o ‘¿Cuál es su secreto para tener un vigor tan juvenil y una vida tan larga?’, sólo les digo: ‘Lean los últimos cuatro versículos de Isaías 40. ¡Allí lo encontrarán!’. Por supuesto que Dios espera que hagamos nuestra parte, ¡Él hace por nosotros lo que no podemos hacer por nosotros mismos! Pero cuando une ambas cosas, lo mejor de uno junto con lo que Dios puede hacer (que es más de lo que uno puede hacer) ¡se obtiene una combinación que da resultados!” (ibíd.).

Nunca ceda a la debilidad, la negatividad y el fracaso. Crea en las promesas de Dios y Obedézcale. Si permanece con Él, Él permanecerá con usted. ¡Acuda a Dios en busca de su fuerza!

LAS SIETE LEYES DEL ÉXITO

¿POR QUÉ sólo unos pocos-tanto mujeres como hombres-tienen éxito en la vida? Este folleto da la respuesta sorprendente al problema más difícil de la vida, probando que ¡NINGÚN SER HUMANO TIENE POR QUÉ SER UN FRACASADO! ¡Todos aquellos que han tenido éxito han seguido estas siete leyes! El único CAMINO al éxito no es una fórmula de derechos de autor. ¡No se puede comprar! El precio es su propia aplicación de las siete leyes existentes del éxito.