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Afronte la verdad sobre la guerra nuclear
“Una nueva ola nuclear se extiende por el mudo”, escribió Axios el 19 de marzo. En país tras país, aumentan los debates y las acciones dirigidas a adquirir o impulsar la energía nuclear, lo que aumenta la amenaza de una Tercera Guerra Mundial nuclear. Sin embargo, ¡nuestro mundo está dormido!
Europa cree que ya no puede continuar dependiendo en el paraguas nuclear de Estados Unidos. Alemania quiere tener acceso a otras armas nucleares europeas e incluso está considerando construir las suyas propias. Francia ha aceptado compartir sus armas nucleares. Corea del Sur, que también cuestiona el apoyo de EE UU, contempla la opción nuclear. Japón dice que si Corea del Sur puede tener armas nucleares, él también puede. China ha “ampliado significativamente” su programa nuclear y “dispone de más tipos y mayor número de armas nucleares que nunca”, advierte la Federación de Científicos Estadounidenses. Irán, país patrocinador del terrorismo, está muy cerca de obtener sus propias armas nucleares y ha rechazado la presión de Occidente para que retroceda.
En 1924, Winston Churchill escribió un ensayo sobre los avances en la tecnología militar titulado “¿Deberíamos suicidarnos todos?”. Previó la era atómica dos décadas antes de que comenzara. “La humanidad nunca ha estado en esta posición antes”, escribió. “Sin haber mejorado apreciablemente en virtud o disfrutado de una guía más sabia, ha conseguido por primera vez las herramientas con las que puede lograr infaliblemente su propio exterminio. Ese es el punto en los destinos humanos al que todas las glorias y trabajos de los hombres finalmente los han llevado. Harían bien en hacer una pausa y reflexionar sobre sus nuevas responsabilidades”.
“La muerte está atenta, obediente, expectante, dispuesta a servir, dispuesta a acabar con los pueblos en masa; dispuesta, si se le pide, a pulverizar, sin esperanza de reparación, lo que queda de la civilización. Solamente está esperando la orden. Lo espera de un ser frágil y desconcertado, durante mucho tiempo su víctima, y ahora, sólo por una ocasión, su amo”.
Esas herramientas mortales están aquí, ¡y sin embargo la humanidad se toma el asunto con increíble indiferencia! Hemos perdido tanto la sensibilidad ante este tema que no comprendemos lo que está en juego. En enero, el Boletín de Científicos Atómicos adelantó el minutero de su simbólico Reloj del Juicio Final a sólo 90 segundos de la medianoche. ¡Hay señales por todas partes de que la proliferación nuclear terminará en un suicidio nuclear !
Antes de la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los líderes de EE UU y el Reino Unido vivían en un mundo débil de ilusión. Pero Churchill estaba dispuesto a afrontar la realidad y decir la verdad. En un discurso que dio el 20 de junio de 1936, Churchill dijo: “En cualquier caso, tengo la conciencia tranquila”. He hecho todo lo posible durante los últimos tres años y más para advertir puntualmente de lo que estaba sucediendo en el extranjero y de la peligrosa situación a la que nos estaban llevando o adormeciendo. No ha sido una tarea placentera. Sin duda ha sido una tarea muy ingrata. Me ha llevado a entrar en conflicto con muchos antiguos amigos y colegas. Me han ridiculizado y censurado por alarmista e incluso belicista, aquellos cuya complacencia e inercia nos han acercado a todos a la guerra y han acercado la guerra a todos nosotros”.
Cualquiera que buscara la verdad podría encontrarla. Pero la gente no quería escuchar la verdad. Querían oír “cosas halagüeñas” y “mentiras” (Isaías 30:10). ¡Ellos querían ser engañados!
Es difícil sobreestimar el engaño y la maldad de la mente humana. “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jeremías 17:9). ¿Cuántas personas hoy en día creen en esta verdad bíblica irrefutable?
Líderes como Churchill e Isaías se negaron a “profetizar mentiras”. Esa es la marca de un gran líder: ¡siempre dice la verdad, sin importar cuán intensa sea la oposición!
Las naciones tienen hoy en día el poder de lanzar armas nucleares en cuestión de minutos. Nos dirigimos hacia la peor crisis que el mundo haya conocido. Solamente las personas que se ahogan en la ilusión son incapaces de ver los grandes peligros. Si cometemos el mismo error que Gran Bretaña y EE UU en la Segunda Guerra Mundial, ¡nuestras naciones no sobrevivirán! Qué terrible tragedia si no hacemos caso de esta advertencia.
Ese es el mayor desafío al que cada uno de nosotros debe enfrentarse siempre: ¿realmente queremos escuchar la verdad? ¿Y actuaremos de acuerdo con ella?
Escuchar la verdad puede ser la experiencia más dolorosa de nuestras vidas. A menudo significa arrancar ideas equivocadas de nuestras mentes orgullosas. Pero la verdad enriquece grandemente nuestras vidas y nos pone en libertad.
La Biblia revela que lo que hicieron los nazis durante la Segunda Guerra Mundial fue un juego de niños comparado con lo que están a punto de hacer, ¡al menos que despertemos! Y no tenemos mucho tiempo para hacerlo. Alemania inició ambas guerras mundiales en el siglo xx. Los Aliados prometieron no permitir nunca que Alemania se rearme para que nunca pudiera iniciar otra guerra. Sin embargo, esas promesas se han olvidado por completo, para nuestro propio perjuicio. El extremismo derechista en Alemania está creciendo. No es alarmista discutir sobre estos temas. ¡Sería irresponsable si no lo hiciéramos!
Estamos viviendo en la época del rugido del león: “Porque no hará nada [el Eterno] el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas. Si el león ruge, ¿quién no temerá? Si habla [el Eterno] el Señor, ¿quién no profetizará?” (Amós 3:7-8). Jesucristo nos advirtió sobre un holocausto nuclear inminente (Mateo 24:21-22). Él va a intervenir para evitar que nosotros aniquilemos a la humanidad por completo.
Nosotros podemos prestar atención a esta advertencia y evitar el peor sufrimiento de la historia. Cada uno de nosotros debe elegir. ¡Las consecuencias de esa elección son realmente monumentales!
¿Usted cree a Dios? ¿Tiene el valor de afrontar la verdad?