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¡Infiltrado!

JULIA GODDARD/TROMPETA

¡Infiltrado!

Los supuestos bastiones de las guerras culturales están comprometidos.

“Dios Es Trans”, declaraba una exhibición de arte en una Iglesia católica de Nueva York.

“Oh, dios de los pronombres, alabamos a (…) el gran ellos, a los encarnados él y ella, el dios del ser trans”, oró un predicador presbiteriano de Iowa.

“Eres un drag queen y hombre transgénero y de genero fluido, incapaz de limitar tu vasta expresión de belleza”, dijo otro, de Duke University.

Esto es nuevo en la historia de la humanidad: las iglesias dominantes abrazando y celebrando el transgenerismo. No hace mucho que las iglesias aceptaron la homosexualidad; el primer obispo anglicano homosexual fue ordenado hace sólo dos décadas. Poco después, le siguió la acogida del “matrimonio” entre personas del mismo sexo. Pero, de repente, todo eso es noticia vieja.

Esto es un completo rechazo de la verdad de la Biblia. Es un ataque a la institución fundacional de la familia tal y como se revela en las Escrituras. La Biblia revela que Dios creó al hombre y a la mujer; Él creó el matrimonio. Creó la familia para que tuviera un padre a cargo, una esposa que lo apoyara y los hijos en sujeción. (Puede leer sobre esto en nuestro libro gratuito Crianza infantil con visión).

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En todo esto hay una profunda sabiduría divina. Una vida familiar fuerte es la base de una nación fuerte. Hoy en día, la guerra contra la familia es uno de los mayores peligros para la sociedad. En Estados Unidos, 4 de cada 10 niños nacen fuera del matrimonio. Casi el 30% de los niños viven con un solo progenitor o sin ninguno. La vida de los hijos de familias rotas tiende a ser más pobre, menos favorable al éxito académico y más propicia a la inestabilidad mental y emocional. Mientras tanto, los “matrimonios” homosexuales se han convertido en algo habitual. Los niños de estas uniones tienen muchas más probabilidades de sufrir abusos físicos o sexuales y de tener tendencias suicidas.

Los hechos demuestran que descartar el modelo bíblico de familia desestabiliza la sociedad y perjudica a quienes más necesitan nuestra protección: nuestros hijos. En teoría, estos niños deberían tener legiones de defensores, que articularan claramente las instrucciones bíblicas sobre la familia y sus advertencias sobre las consecuencias de intentar hacerlo a nuestra manera. Sólo en EE UU, 450.000 personas trabajan en el clero.

Pero lamentablemente, muchos de estos defensores se han unido a las partes más extremas del ataque.

Corrompiendo el Evangelio

La Iglesia metodista unida, con 13 millones de miembros en todo el mundo en 43.000 congregaciones, tiene a un drag queen como ministro viajero. La Iglesia metodista de Gran Bretaña ha dicho a sus ministros que eviten utilizar términos anticuados y divisivos como “esposo” y “esposa”. La Iglesia de Inglaterra tiene un sacerdote transexual, Bingo Allison, que se viste de mujer y quiere que se refieran a él como “elles”. En diciembre pasado, un artículo de Christianity Today se volvió viral por debatir si los cristianos deberían ofrecer sus pronombres en un esfuerzo por incluir a las personas transgénero.

La Iglesia católica romana ha sido considerada uno de los últimos bastiones del conservadurismo moral, pero incluso en ella abundan las transigencias. En junio pasado, varias Iglesias católicas celebraron “misas del orgullo” para festejar el mes del orgullo. En noviembre, el Papa aprobó un documento oficial que permitía a los transexuales ser bautizados, ejercer de padrinos y actuar como testigos en una boda. Después incluyó a 44 “mujeres transexuales” (hombres vestidos de mujer) en un grupo de 1.000 personas pobres, incluyendo prostitutas, a quienes había invitado a un almuerzo. Miembros de ese grupo también se han reunido con el Papa y a menudo ocupan asientos exclusivos en sus misas.

Para muchos católicos conservadores, diciembre trajo el colmo: el Papa aprobó un documento nuevo que permite a los sacerdotes bendecir a las parejas homosexuales. El documento trató de enfatizar su continuidad con la enseñanza católica del pasado, en esencia afirmando que una persona no tiene que ser perfecta para recibir una bendición, así que bendice a la pareja, no a la unión. Sin embargo, muchos tradicionalistas ven esto como lo que es: un intento descarado de transigir con el movimiento homosexual.

En lugar de mantener en alto la bandera de la verdad en un esfuerzo por detener la marea de inmoralidad que se propaga por la sociedad, un gran número de iglesias han acogido la bandera del arco iris y se están uniendo a la marcha del orgullo.

Moral comprometida

Estos ejemplos extremos cubren una amplia gama de denominaciones. Pero con más de 350.000 iglesias en todo EE UU, muchas personas sentirán que no les afecta esta tendencia. Puede que algún predicador de otro Estado haya abrazado esta agenda anti familiar, pero mi congregación está bien, ellos podrían pensar.

Católicos o protestantes, clérigos o laicos, muchos dicen que ponen límites al transgenerismo o al “matrimonio” entre personas del mismo sexo. Pero hace años, quizá décadas, estos mismos cristianos borraron sus líneas contra el divorcio, el aborto, el sexo prematrimonial y las mujeres predicadoras. Alrededor de un tercio de los predicadores de la iglesia de Inglaterra son mujeres, en contradicción directa con Escrituras como 1 Timoteo 2:9-12. En EE UU, alrededor del 70% de los católicos quieren que su iglesia haga igual.

Casi todos los grupos eclesiásticos que han permitido el divorcio o las mujeres obispos han llegado a transigir sobre la homosexualidad. Hay una buena razón para ello. La Biblia tiene Escrituras claras y cristalinas contra la ordenación de mujeres obispos o contra el divorcio y las segundas nupcias. (Hay motivos bíblicos poco comunes para el divorcio, pero no el divorcio sin culpa tan común hoy en día). Las iglesias que han consentido estas prácticas han puesto sus propias ideas de lo que está bien y lo que está mal por encima de la Biblia. Y una vez dado ese paso, rápidamente les resulta imposible mantener la línea en otros temas.

Muchos predicadores que adoptan esta tendencia creen que están siendo compasivos. Y ven la Biblia como un texto con algunos principios buenos y sabios, pero no como una verdad absoluta y literal. Pero si examinaran el texto que dicen predicar, podrían demostrar su exactitud y descubrirían que las leyes que rechazan fueron dadas por el bien de sus congregaciones.

El veredicto de Dios

Aunque estos sacerdotes y predicadores liberales no la consideran tan autorizada, la Biblia que tratan con tanta indiferencia contiene algunas profecías específicas sobre ellos. En realidad, sus disparates confirman el poder de la Biblia.

“… Necio es el profeta, insensato es el varón de espíritu, a causa de la multitud de tu maldad, y grande odio”, dice Dios en Oseas 9:7. ¿De qué otra forma se puede describir a las drag queens que afirman dirigir el culto a Dios?

“Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento”, lamenta Dios en Oseas 4:6. Hay aplicaciones aún más específicas de este versículo dentro de la verdadera Iglesia de Dios. Pero Herbert W. Armstrong escribió que este versículo está dirigido “a los ministros modernos de las iglesias de Gran Bretaña y EE UU”.

“… Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos. Conforme a su grandeza, así pecaron contra mí; también yo cambiaré su honra en afrenta”, advierte Dios (versículos 6-7). Piense seriamente en las consecuencias de rechazar las instrucciones de Dios y traicionar así a su propia familia y a las familias de la nación.

Dios dice de estos líderes religiosos: “Del pecado de mi pueblo comen” (versículo 8): Se enriquecen con las acciones malas de la gente. Valoran más ganarse la vida que mantenerse fieles a la Palabra de Dios. Muchos de estos sacerdotes probablemente creen sinceramente que su tolerancia del pecado es compasiva. Sin embargo, Dios no está de acuerdo. Más allá de eso, ¿para cuántos grupos el dinero también es un factor?

Durante varios años, el movimiento lesbiano-gay-bisexual-transgénero ha atacado al Ejército de Salvación. “Apoyar al Ejército de Salvación en esta temporada, ya sea echando sus monedas en sus ollas rojas o donando sus artículos usados a sus tiendas de reventa, significa ayudar a una iglesia agresivamente antigay a promover sus objetivos de discriminación”, escribió el Huffington Post (11 de diciembre de 2013). Pronto, esa organización, que se dedica ayudar a las personas sin hogar, vio caer sus ingresos. Un grupo de defensa de los lgbt dice a las iglesias que tienen que cambiar sus puntos de vista sobre la homosexualidad para evitar lo mismo. “La percepción de que el Ejército de Salvación es antigay todavía existe en la sociedad en general y sigue teniendo impacto”, escribieron. Cualquier iglesia que no apoye la causa lgbt podría verse “inmediatamente” señalada por los medios de comunicación y sentir “el impacto de un descenso de las donaciones”.

Ésta es una de las consideraciones principales que subyacen a los cambios recientes de la Iglesia católica sobre este asunto. El gobierno alemán recauda un 9% adicional de los ingresos de todos los ciudadanos que se declaran católicos y transfiere la mayor parte a la Iglesia católica. Esto convierte a la Iglesia católica alemana en la más rica de Europa. Los obispos alemanes quieren llegar a un acuerdo sobre este tema, pero la jerarquía principal católica teme la pérdida de este dinero.

Estos sacerdotes “en su maldad levantan su alma”: ¡Enseñan que estos pecados son en realidad buenos!

Dios dice que “… será el pueblo como el sacerdote” (versículo 9). Los sacerdotes deberían dar ejemplo y adherirse a un código moral más elevado, con independencia de la sociedad. En cambio, no hay diferencia entre ambos; los sacerdotes abrazan los pecados de la sociedad que los rodea. Y así, dice Dios, compartirán la caída de esa sociedad.

En Jeremías 23:16, Dios va aún más lejos: Dice que Él personalmente está en contra de esos líderes religiosos que dicen que hablan por Él pero sustituyen sus propias ideas.

“¿No es mi palabra como fuego, dice [el Eterno], y como martillo que quebranta la piedra?” (versículo 29). La Palabra de Dios tiene un poder real. No debe ser simplemente dejada de lado porque pensamos que sabemos más, tanto si afirmamos ser cristianos como si no. Estos ministros lo aprenderán cuando experimenten el fuego y la destrucción profetizados en estas palabras.

Pero la Palabra de Dios también es vida. Nos dice que es el único camino hacia la felicidad y la abundancia.

Abrazar el movimiento lgbt es acelerar el colapso de nuestras sociedades. Dios va a añadir más castigos hasta que finalmente comprendamos esto. No podemos tener nuestras propias ideas de lo correcto y lo incorrecto, el bien y el mal. Dios condena y castiga con tanta firmeza la perversión de este mundo porque es muy destructiva. Él quiere que la humanidad evite las consecuencias que conlleva. Así que Él llevará al hombre al punto en el que vivirá de la manera que causa alegría y felicidad.

La Biblia contiene las claves para resolver nuestros problemas y vivir una vida productiva, con propósito y llena de alegría. Esta es la verdad necesaria para arreglar el mundo.

“Oh Israel, te has destruido a ti mismo”, dice Dios en Oseas 13:9 [traducción nuestra de la versión King James]. Estamos causando nuestra propia destrucción, “más en mí está tu ayuda”. ¡Hay ayuda! Hay soluciones y esperanza. Pero sólo se pueden encontrar buscando honestamente en el Libro que las contiene.

ESTADOS UNIDOS Y GRAN BRETAÑA EN PROFECÍA

La gente del mundo occidental estaría sorprendida y boquiabierta, ¡si lo supieran! Los gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Australasia y África del Sur pondrían en marcha gigantescos programas de protección, ¡si lo supieran! ¡Ellos podrían saberlo! ¡Pero, no lo saben! ¿Por qué?